La sustancia amarga del pomelo ejerce una acción sumamente favorable sobre el hígado porque activa la digestión y la eliminación de líquidos. Tiene un elevado porcentaje de vitamina C, minerales y vitaminas esenciales que ayudan a normalizar el proceso metabolico. La cura de pomelo empieza tomando en ayunas el zumo de un pomelo y, durante el primer día, llegar a ingerir cinco (1 pomelo por zumo).
Día a día se va bajando la dosis de zumo a razón de uno menos al día.
1º día:
1 zumo en ayunas
1 zumo a media mañana
1 zumo en la comida
1 zumo a media tarde
1 zumo en la cena
2º día:
1 zumo en ayunas
1 zumo a media mañana
1 zumo en la comida
1 zumo a media tarde
3º día:
1 zumo en ayunas
1 zumo a media mañana
1 zumo a media tarde.
Así hasta cinco días reduciendo la cantidad como podéis observar.
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