1. Sazonar bien la pata de cochinillo.
2. Colócala ahora sobre una rejilla, y ésta, a su vez, sobre una bandeja de horno, en la cual verteremos un vaso de agua para que genere vapor y así la pata salga muy jugosa. La pata la hemos colocado sobre una rejilla para que los jugos vayan goteando sobre la bandeja y el agua.
3. Introducir la pata en el horno (con la piel hacia arriba), previamente calentado a 180ºC, para asarla durante al menos 2 horas (dependerá del peso de la pata).
4. Regar de vez en cuando la pata con sus propios jugos, y cuando la piel comience a dorar, pincha con un tenedor para evitar que salgan burbujas.
Cuando, por el color dorado de la piel, se aprecie que está casi lista, sube la temperatura del horno hasta 200ºC para que la corteza quede bien crujiente y con un bonito color caramelo.
Antes de servir, deja la pata reposar durante 10 minutos en un lugar caliente.
Acompaña la pata con una ensalada de lechugas variadas, o una patatas asadas al horno
Si quieres que la pata de cochinillo te quede bien jugosa, introduce ésta en un recipiente con agua muy fría (en el frigorífico) durante un mínimo de cuatro horas.
Para mantener la pata caliente durante más tiempo, sírvela en una bandeja de horno.
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